Cuenta la historia de Juzo Takeshima¸ un profesor de la Universidad de Tokio¸ Japón¸ que durante los años veinte descubre la novela María del escritor vallecaucano Jorge Isaacs y empieza su traducción¸ en medio de una época de guerras civiles en su país.
Takeshima¸ sin saberlo cambia su
vida y la de centenares de compatriotas cuando empieza la búsqueda de la
floreciente región que describe Isaac¸ dando paso al inicio de las
inmigraciones de japoneses al Valle del Cauca en los años 20 y 30. La historia
se mezcla con el conflicto amoroso del profesor con Isabel Sarmiento¸ una mujer
que hace parte de la delegación diplomática de Colombia en ese país¸ con quien
comienza la traducción del texto¸ sin imaginar jamás, que unos años después de haberse instalado en nuestras tierras, serían perseguidos y confinados injustamente en un Campo de Confinamiento durante la II Guerra Mundial junto con Alemanes e Italianos.
Palau junto al reconocido Sandra Romero, crearon una
historia, basada en hechos reales, interesante y sobre todo tomando a
consideración una temática distinta, algo que aprecio mucho en la
cinematografía colombiana por estos días. Es notorio el esfuerzo y el esmero
por sacar adelante este filme contado en 4 idiomas: Español, Alemán, Nipón e
Italiano, algo que mal o bien, es innovador para una cinta cuyo presupuesto fue
de tan solo Usd$20.000. A pesar de este bajo presupuesto, la fotografía es bastante
aceptable y con cierto grado de belleza. Pero desafortunadamente la historia
cae en un letargo que abruma al espectador, el estatismo en el que se envuelve
su narración hace que los diálogos entre sus personajes no sean fluidos y que
además se pierde el factor sorpresa, ya que todo en la cinta es demasiado
evidente. Algo que también encuentra su razón de ser, en los actores naturales
que se utilizaron, rescatando por su puesto, al único actor de título, el señor
Alejandro Buenaventura.
Pero
más allá de discutir y analizar cada elemento técnico de la cinta, El Sueño del
Paraíso nos trae a colación una discusión interesante.
Palau aseguró en el
Periódico El Tiempo lo
siguiente: “”Me da un dolor ver las falencias de la película. Con plata yo
hubiera hecho una maravilla”. Su sinceridad es inquietante y nos pone a
reflexionar hasta que punto se apoya realmente la diversidad de nuestra
cinematografía. Pero ¿Ésta honestidad y la falta de presupuesto deben
utilizarse como excusa para justificar los fallos de una cinta? ¿Cuántas
películas se han hecho con actores naturales o de poca trayectoria que llevan a
buen término su producción?. Es realmente una odisea hacer cine con tan poco
presupuesto pero los resultados que se logren, más allá de la poca técnica que
se use por razones conocidas, pues deben ser dignos y decorosos.
Por: Kattia Alvarado Garcia
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